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Libro de Buen Amor.I: Edición facsímil del códice de Salamanca. II: Estu.histórico-crítico, trans. C
Ruiz , J. ( Arcipreste de Hita )
Editorial: Universidad de Salamanca Fecha de publicación: 31/12/2000Formato: Piel de Becerro, cm.
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AUSTRAL 70 AÑOS
Novela
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En el mismo momento en que instruye al lector sobre la manera en que debe interpretar el libro, el autor le advierte que el lenguaje se presta siempre a diversas interpretaciones, y que elegir entre las posibles es la responsabilidad del lector; y Juan Ruiz se abstiene de una manera muy patente de indicar cuál puede ser la buena. Es un aviso: el lector debe tener en cuenta siempre que en cualquier momento el texto puede significar algo distinto de lo que él supone. (...)El mismo autor nos declara que el tema de su Libro es el amor (...) y en realidad, lo que se describe en el Libro es el amor sexual, a exclusión, casi, de otros aspectos de cupiditas, o el amor mundano.(De la Introducción de G. B. Gybbon-Monypenny)
El Libro de Buen Amor es claro exponente de una cultura que no es plenamente humanista, pero que ya ha dejado de ser totalmente teocéntrica. (...)Considerado como poeta, el Arcipreste se levanta a inmensa altura, no sólo sobre los ingenios de su siglo, sino sobre todos los de la Edad Media española.(...)Quien lee de punta a cabo el Libro de buen amor, sin ideas preconcebidas, advierte inmediatamente que lo esencial de la obra está constituido por dos cuerpos de relatos independientes, pero que tienen, cada cual por su lado, una unidad de concepción y de desarrollo muy acusada.(De la edición de Jose Luis Girón Alconchel)
El Libro de Buen Amor es una obra escrita con ánimo de moralizar y de divertir, de manera que los locos amadores escarmienten en cabeza ajena. Para ello, adoptando el recurso de hablar en primera persona, el Arcipreste nos cuenta una serie de aventuras amorosas enlazadas por los comentarios y digresiones del propio autor que prestan la suficiente cohesión para mantener la unidad del relato, pero que, por otra parte, dan cierta independencia a cada historia, lo que permitía a los juglares de la época llevar en su repertorio trozos del Libro de Buen Amor y recitar o cantar uno u otro aisladamente.(De la edición de María Brey Mariño)